Título original: The lost Weekend
Director: Billy Wilder
Intérpretes: Ray Milland, Jane Wyman, Philip Terry, Doris Dowling, Frank Faylen, Howard da Silva, Mary Young, Anita Bolster, Lilian Fontaine, Frank Orth, Audrey Young
Guión: Charles Brackett, Billy Wilder
Música: Miklós RózsaGuión: Charles Brackett, Billy Wilder
Fotografía: John F. Seitz
Productora: Paramount Pictures
Género: DramaNacionalidad: EE.UU.
Año de realización: 1945
Duración: 1h. 41 min.
4 Oscars: Mejor película, director, actor (Ray Milland), guión adaptado. 7 nominaciones
No recomendada para menores de 7 años
Sinopsis:
Aclamado retrato psicológico de un escritor fracasado a causa de su adicción al alcohol. Don Birnam es un escritor dipsómano que no puede vencer sus arrebatos alcohólicos, a causa de los cuales se ha convertido en un hombre arruinado física, moral y económicamente, totalmente desprovisto de personalidad. Para lograr dinero que le permita seguir bebiendo es capaz de cometer cualquier acción, llegando incluso a robar a sus amigos, sin excluir a Helen St. James, una hermosa mujer que, enamorada de él, intenta regenerarlo. También intenta ayudarle su hermano Wick, pero todos los esfuerzos parecen estériles.
Escena de la película Días sin huella (V.O):
Días sin huella (1945) es la quinta película rodada por Billy Wilder -cuarta en EE.UU.- y me atravería a decir que fue la primera de las grandes películas que nos dejó el director vienés -a falta de ver Double Indemnity (1944), que le precedió.
Aunque no es Días sin huella una de sus películas más conocidas, aquí ya estamos ante el gran Wilder que luego demostraría ser mostrándonos lo que es un alcohólico, para ello utilizó el cocktail habitual en muchas de sus películas: un extraordinario guión, buenos actores (sublime Ray Milland), extraodinarias secuancias y una gran banda sonora de Miklos Rosza que acompañó a Wilder en varios de sus trabajos.
La acción se desarrolla en un fin de semana con flashback hacia determinados momentos del pasado como el momento en el que el protagonista conoció a su anegada pareja. No deja lugar a la duda, sin edulcurantes, desde el primer segundo de la película ya comenzamos a ver lo que es capaz de hacer un alcohólico. Don Birnam es un aparente escritor que ha fracasado antes de comenzar cuyos miedos le impiden enfrentarse a una hoja en blanco, desde ese momento la botella será parte imprescindible de su vida comenzando su proceso de autodestrucción.
El alcohólico no atiende a razones, no escucha a nadie, solamente tiene en la mente cómo conseguir su próximo trago aunque para ello tenga que mentir, rogar, robar...
Mención especial merece la actuación de Ray Milland -merecidísimo Oscar-, magistral en su papel de Don Birnam, un tipo corriente, inteligente e incluso simpático pero que con una debilidad de la que no puede escapar que provoca en el espectador lástima, impotencia, angustia, repulsión... un torrente de emociones que van variando conforme se desarrolla la historia
Escena de la película Días sin huella (V.O):
Días sin huella (1945) es la quinta película rodada por Billy Wilder -cuarta en EE.UU.- y me atravería a decir que fue la primera de las grandes películas que nos dejó el director vienés -a falta de ver Double Indemnity (1944), que le precedió.
Aunque no es Días sin huella una de sus películas más conocidas, aquí ya estamos ante el gran Wilder que luego demostraría ser mostrándonos lo que es un alcohólico, para ello utilizó el cocktail habitual en muchas de sus películas: un extraordinario guión, buenos actores (sublime Ray Milland), extraodinarias secuancias y una gran banda sonora de Miklos Rosza que acompañó a Wilder en varios de sus trabajos.
La acción se desarrolla en un fin de semana con flashback hacia determinados momentos del pasado como el momento en el que el protagonista conoció a su anegada pareja. No deja lugar a la duda, sin edulcurantes, desde el primer segundo de la película ya comenzamos a ver lo que es capaz de hacer un alcohólico. Don Birnam es un aparente escritor que ha fracasado antes de comenzar cuyos miedos le impiden enfrentarse a una hoja en blanco, desde ese momento la botella será parte imprescindible de su vida comenzando su proceso de autodestrucción.
El alcohólico no atiende a razones, no escucha a nadie, solamente tiene en la mente cómo conseguir su próximo trago aunque para ello tenga que mentir, rogar, robar...
Mención especial merece la actuación de Ray Milland -merecidísimo Oscar-, magistral en su papel de Don Birnam, un tipo corriente, inteligente e incluso simpático pero que con una debilidad de la que no puede escapar que provoca en el espectador lástima, impotencia, angustia, repulsión... un torrente de emociones que van variando conforme se desarrolla la historia
Una película dura y cruel donde Wilder demuestra, junto con 'Perdición', que sabe alejarse de la comedia y crear una grandes obras.
ResponderEliminarUn saudo.