Autor: José Saramago
Editorial: Alfaguara
Género: Narrativa
Año de publicación: 2005
274 págs.
En un país cuyo nombre no será mencionado se produce algo nunca visto desde el principio del mundo: la muerte decide suspender su trabajo letal, la gente deja de morir. La euforia colectiva se desata, pero muy pronto dará paso a la desesperación y al caos. Sobran los motivos. Si es cierto que las personas ya no mueren, eso no significa que el tiempo haya parado. El destino de los humanos será una vejez eterna. Se buscarán maneras de forzar a la muerte a matar aunque no lo quiera, se corromperán las conciencias en los «acuerdos de caballeros» explícitos o tácitos entre el poder político, las mafias y las familias, los ancianos serán detestados por haberse convertido en estorbos irremovibles. Hasta el día en que la muerte decide volver...
Lo he terminado de leer esta mañana y quizá no sea la persona más objetiva para realizar un comentario sobre un libro de Saramago porque soy saramaguiano convencido.
ResponderEliminarLas intermitencias de la muerte parte de un argumento muy original, de repente en un país la gente deja de morir, lo que conlleva una serie de situaciones y hechos, lo que en un principio puede ser una ventaja pasa a convertirse en un problema para muchos, especialmente para el gobierno de ese país.
Tras un tiempo, la muerte decide volver a "ejercer" pero cambiando el método, avisará por carta a todos los que vayan a morir con 8 días de antelación para que los que van a morir dediquen esos días para lo que ellos consideren oportuno. Pero de repente una de las cartas es devuelta y la muerte tendrá que decidir como solucionar el problema.
Esta obra parte de un suceso imposible que te hace meterte de lleno en ella aunque pierde un poco de intensidad para volver a recuperarla al final de la misma.
Como crítica negativa comentar que la forma de puntuación del autor no invita a leerlo, pues utiliza las mayúsculas, signos de puntuación y diálogos de una forma un tanto peculiar a la que la mayor parte de los lectores no estamos acostumbrados, los diálogos son, en ocasiones excesivamente cortos así como el desarrollo de los temas.
Un buen libro, eso sí, no recomendable para todo tipo de lectores, aunque sí para los saramaguianos como yo