Autor: Maurice Ravel
Discográfica: Varias
Género: Música clásica
Año de publicación: estrenado el 22 de noviembre de 1928 en París, en la Ópera Garnier
Bolero de Ravel (1985) Orquesta dirigida por Herbert von karajan (parte 1):
Bolero de Ravel (1985) Orquesta dirigida por Herbert von karajan (parte 2):
Fuente y más información: Wikipedia
Tras una serie de vicisitudes, Ravel pasó unas cortas vacaciones ese verano de 1928 en su ciudad natal de Ciboure, próxima a San Juan de Luz, en el País Vasco francés, con su amigo y también compositor Gustave Samazeuilh. Fue entonces cuando le vino la idea de elaborar una obra experimental: un ballet para orquesta que solo utilizaría un tema y un contra-tema repetidos y en el que el único elemento de variación provendría de los efectos de orquestación que sustentarían un inmenso crescendo a lo largo de toda la obra.
Estreno y Primeras Interpretaciones
El Boléro fue estrenado el 22 de noviembre de 1928 en París, en la Ópera Garnier, bajo la dirección de Walther Straram, con una coreografía de Bronislava Nijinska y con decorados de Alexandre Benois. El programa incluía también una nueva adaptación de La Valse —también a cargo de Nijinska y Benois— y dos obras más, Le Bien Aimé, con música de Schubert y Liszt orquestada por Milhaud, y Psyché et L'amour, con música de Bach orquestada por Honegger.
Tempo
Tempo de la obra es siempre el mismo, inmutable de principio a fin, como se anota en la partitura: «Tempo di Bolero, moderato assai». Sin embargo hay una gran variedad entre las duraciones del tempo del propio Ravel y los diferentes tempos adoptados ya desde las primeras interpretaciones registradas de la obra, incluida la del propio Ravel:
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- En la partitura, el tempo requerido es: negra = 72, con una duración teórica de catorce minutos y diez segundos. En el manuscrito de la obra, si embargo, hay una indicación metronómica primera de negra = 76, luego tachada y reemplazada por otra con negra = 66.
- Según declaraciones de Ravel, el ballet debería de tener una duración de diecisiete minutos. La indicación metronómica que habría debido tener sería negra = 60 (con un tiempo en segundos, que correspondiera exactamente a diecisiete minutos (1020 segundos) para interpretar los 340 compases en 3 tiempos).
- La grabación hecha por Ravel con la Orchestre Lamoureux, en 1930, dura un poco menos de dieciséis minutos (15:50), dando un tempo próximo a: negra = 64.
- La versión más corta grabada es la de Leopold Stokowski, en 1940, al frente de la Orquesta de Filadelfia, que dura doce minutos, o sea: negra = 84.
- La palma de la lentitud pertenece a un amigo de Ravel, el también compositor portugués, Pedro de Freitas Branco que, en 1953, dirigiendo la Orquesta Nacional de la Radiodifusión Francesa, superó los dieciocho minutos y treinta segundos, con un tempo de: negra = 54.
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El Boléro debe su popularidad mundial a su melodía envolvente. Inspirada en temas hispano-árabes, su autor la describía como simple y sin artificio. Por tanto recela de las dificultades rítmicas inesperadas:
El hombre de la calle se da la satisfacción de silbar los primeros compases del Boléro, pero muy pocos músicos profesionales son capaces de reproducir de memoria, sin una sola falta de solfeo, la frase entera que obedece a hipócritas y sabias coqueterías.
El tejido melódico del Boléro comporta:
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- un tema A, en do mayor, de dieciséis compases y de un pequeño ambitus de una novena mayor (de do3 a re4 para la flauta); comenzando en la tónica aguda, la melodía muy conjuntada desciende enseguida en arabesco hacia la dominante, después, reemprende más alto hacia la supertónica, y de nuevo desciende siempre en línea sinuosa hacia la tónica grave, pareciendo querer desbordarse de su marco.
- un contra-tema B derivado del primero, más patético y teñido de menor, igualmente de dieciséis compases, es más grande, una decimosexta menor (de do2 a re bemol4 por el fagot); por movimientos progresivos y conjuntos, sugiriendo modos exóticos (gama andaluza), la melodía sigue un lento descenso muy alterado en más de dos octavas.
- El ritornello («r»), de dos compases, separa cada entrada del tema y, repetido ocho veces, sirve de acompañamiento rítmico y armónico al tema siguiente. Está compuesto por:
- La célula rítmica de caja orquestal, doblada por uno o más instrumentos;
- Un acompañamiento armónico entre el segundo y el tercer tiempo;
- Un bajo continuo inmutable —do, suspiro, sol, do, suspiro, sol, do, etc.— martilleando el compás de tres tiempos, afirmando el tono de do mayor durante toda la obra, salvo en medio del último tema B donde estalla una inesperada modulación en mi mayor, antes de volver, para concluir, al tono principal.
No soy un gran conocedor de la música clásica, pero "El Bolero" de Ravel lo conocía. Me gusta oírlo una vez más. un abrazo.
ResponderEliminarsin duda un clásico que no anquilosado en el tiempo...saludos
ResponderEliminaraunque en principio parece un poco monótono, este Bolero no lo es en absolutos. Es un verdadero placer deleitárse escuchándolo.
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